“Aquel que sabe, y sabe que él es, ese es sabio. Puede ser seguido.
Ante su sola presencia el hombre puede transformarse”
Relato Sarmouni





domingo, 1 de diciembre de 2013

SE ESCEPTICO


El quinto acuerdo es “sé escéptico, pero aprende a escuchar”.
“Sé escéptico” porque la mayoría de las cosas que oyes no son verdad. Sabes que los seres humanos hablamos con símbolos y que los símbolos no son la verdad. Los símbolos son sólo verdad porque así lo acordamos, no porque sean “realmente” verdad. Pero la segunda parte del acuerdo es “aprende a escuchar”, y la razón es simple: cuando aprendes a escuchar comprendes el significado de los símbolos que la gente utiliza. Comprendes su historia y la comunicación mejora mucho. […]
Una vez que comprendes que prácticamente nada de lo que conoces es verdad, “ser escéptico” adquiere un significado mucho mayor. “Sé escéptico” confiere maestría porque utiliza el poder de la duda para discernir la verdad. Cuando oigas un mensaje que provenga de ti mismo, o de otro artista, sencillamente pregúntate, “¿Es verdad o no es verdad? ¿Es la realidad o se trata de una realidad virtual?”. La duda te coloca “detrás” de los símbolos y te hace responsable de todos los mensajes que entregas y que recibes. ¿Por qué querrías invertir tu fe en cualquier mensaje que no sea verdad? Siendo escéptico, no te crees todos los mensajes; no depositas tu fe en los símbolos, y cuando tu fe no está en los símbolos, tu fe está en ti mismo.
Entonces, si la fe significa creer sin dudar, y dudar es no creer, “sé escéptico”. “No creas”. ¿Y qué es lo que no creerás? Pues no creerás en todas las historias que nosotros, los artistas, creamos con nuestro conocimiento. Sabes que la mayor parte de nuestro conocimiento no es verdad -la simbología entera no es verdad- de modo que “no me creas, no te creas a ti mismo y no creas a nadie más”. La verdad no necesita que tú creas en ella; la verdad sencillamente es y sobrevive tanto si crees en ella como si no. Las mentiras necesitan que creas en ellas. Si no te crees las mentiras, no sobreviven a tu escepticismo y simplemente desaparecen.




Fragmento de “El Quinto Acuerdo” (D. Miguel Ruiz y D. José Ruiz)